La domótica comprende todas aquellas aplicaciones o automatismos que contribuyen a mejorar la calidad de vida de los usuarios facilitando las tareas que deban llevarse a cabo en viviendas o edificios, mejorando las condiciones ambientales, el gasto energético, etc..
A menudo cometemos el error de pensar que la comodidad es secundaria cuando hablamos de un edificio y que un empresario propietario de un edificio no se beneficiará económicamente mejorando el nivel de comodidad de los espacios, todo lo contrario, es un hecho demostrado que el rendimiento de los trabajadores está supeditado a la calidad de la luz, la temperatura ambiente, e incluso a cuestiones ergonómicas como pueden ser la accesibilidad a cajones, archivadores, etc. o la ergonomia de las sillas.
El sistema domótico se encarga de mantener la temperatura deseada en cada habitación. La activación y desactivación automática del aire acondicionado. También nos puede informar de la falta de combustible o bien de cualquier problema que tenga el sistema.
Así podemos contemplar las posibilidades del control de la temperatura, fue la primera aplicación automatizada implantada en edificios y viviendas consideradas en aquella época como inteligentes. La regulación de la temperatura también se podría estudiar bajo el punto de vista de la gestión de la energía, ya que tanto la calefacción como el aire acondicionado comportan gastos energéticos importantes en un edificio.
A la hora de diseñar un sistema automatizado de calefacción se deben tener en cuenta las siguientes cuestiones: debe haber un termostato independiente para cada habitación del edificio. También se han de colocar sensores para comparar la temperatura exterior y la interior, detectar la presencia de personas en las salas, el estado de las puertas y ventanas, etc, y lo que también es necesario es la presencia de un temporizador horario .
Si hablamos de iluminación, encontramos una gran variedad de automatismos, la luz se puede activar por presencia, por programación horaria, por cantidad de luz ambiental, también existen pulsadores encargados de regular la intensidad luminosa.
Subir y bajar persianas puede ser un problema para las personas con minusvalía o para las personas mayores, así pues el sistema domótico se adapta a las necesidades de cada persona mediante unos pulsadores.
El sistema domótico también auto-gestiona los temporales, en el caso de fuertes vientos y lluvias, bajando las persianas para evitar destrozos en el recinto.
Además de los sensores, presentes en cualquier operación automatizada, existen elementos orientados a mejorar el confort, que se utilizan de forma aislada, llamados comandos remotos y temporizadores.
El tipo de mando con el que estamos más familiarizados es el de infrarrojos, con un alcance muy limitado (5-20m.). Con mayor capacidad de alcance tenemos los mandos por radiofrecuencia. Por último, las nuevas tecnologías de la información nos permiten la posibilidad del control remoto a través de conexiones Wi-Fi o que podemos dirigir con una llamada.
La incorporación de temporizadores horarios es de vital importancia en las instalaciones automatizadas. Estos dispositivos permiten la generación de órdenes de actuación a receptores como puntos de luz, calefacción, el riego, la simulación de presencia, etc. según la secuencia temporal que convenga al usuario.
Por último, según encuestas realizadas en Europa por el instituto Louis Harris y el Cabinet Marketing Office y un sondeo de Chevaliers en Châteauroux (Francia), la seguridad figura como una de las dos áreas de servicios más prioritarias para el usuario, junto con la confortabilidad. La seguridad fue uno de los primeros campos que se desarrollaron en la época de la automatización, y es por eso que hoy en día hay una variedad muy amplia de diseños, sistemas y sensores, orientados a este área.